domingo, 7 de junio de 2009

Abriendo boca.

VALLADOLID
Valladolid es sorprendente en casi todos los aspectos:Su aparición repentina y tardía en la historia, el significado de su nombre y el de sus ríos Pisuerga y Esgueva; el de su escudo; el de su acepción popular PUCELA y el culterano PINCIA de las que hablaremos más adelante en este blog, el ultraje de Felipe II a esta Ciudad, llevándose la Corte sin advertencia previa: las agresiones unánimes a Valladolid de todos los poetas que vinieron con la Corte. (Quevedo, Gongora, Lope, etc...).

La feroz pugna entre la catedral de Palencia y la abadía Vallisoletana que duró más de 200 años y cuyo origen fué la puñalada enigmátivca de Pedro Ansurez a la abadía de Valladolid, que en su momento analizaremos.
Valladolid surgió de la nada en el año 1088 y pasó a ser "la más importante destos Reinos" como dijo Juan II en el año 1450.

En Valladolid se celebraron cincuenta de las cien Cortes que se reunieron en la edad Media en España. ¿Por qué, si la mayoría de ellas, se celebraron cuando aún no era Corte?
¿Valladolid es Castilla o es León?Clarificaremos uno por uno todos estos enigmas y alguno más, para que la Esfinge no nos devore.

Etimología.
Este es el primero y el más debatido de los enigmas. Dice Epícteto: "El conocimiento del nombre es pel principio de la Sabiduría" Es forzoso abreviar porque los estudios y opiniones son innumerables.

OPINIONES:
1.- El más concienzudo ha sido
Angel Montenegro Duque, Catedrático de Historia de Valladolid. Él se apoya en el étimo "Toll" céltico, como lugar de aguas y en el hecho de que Valladolid es un valle, para concluir que su nombre original fue Valtollitum. (Valle de las aguas

Montenegro merecía haber acertado por su esfuerzo, pero no fué así. Hay dos étimos TOLL:

El Céltico, que él utiliza que da origen a "atolladero". (lugar bajo y fangoso) y a TOJO (pozas de los ríos).

Pero se olvida del étimo latino TOLL, mucho más abundante en España, y que significa todo lo contrario: Tolosa de Navarra, Las Navas de Tolosa, Tolletum... todos ellos derivados del verbo latino Tollere, que significa levantar.

El TOLL celta tiene un sonido entre "j y ll", es decir un sonido fuerte (Tojo, atolladero) mientras que el TOLL latino da un sonido de ele doble suave (Toletum, Tolosa, etc.).

Según la teoría de Montenegro, hubiera dado el topónimo Valtojid o Valtollid (con sonido elle).

2.- Otra teoría es
VALLISOLETUM, que unos traducen como Valle de los olores o Valle de los olivos. No perderé el tiempo con ella.

3.- Otro famoso etimólogo, de cuyo nombre quisiera acordarme lo identifica con VALLATA-WALIT. Como veremos, este, ha acertado en un 50%.

4.- Asin Palacios, Menendez Pidal y el catedrático Vallisoletano
Cesar Hernández, se inclinan por BALAD-WALID.Los dos primeros se guían por el instinto y su sabiduría, pero no dan argumentación alguna. Cesar Hernández, estudioso donde los haya da una serie de argumentos, pero concluye diciendo textualmente: "es sencillamente una hipótesis más". Con lo cual nos deja huérfanos y sin descifrar el enigma de la Sfinge.

MI TEORIA Y ARGUMENTACIÓN.

Datos previos a tener en cuenta.
a).- La documentación casi exclusiva del nombre de nuestra ciudad se encuentra en los Documentos de Santa María la Mayor, subvencionada por Peranzules y ejecutada por el abad Don Salto, e inaugurada con la asistencia entre otros, de Alvar Fañez en 1095.Esta documentación soporta todas las teorías relativas al nombre de Valladolid, ya que utiliza (Según Montenegro), setenta variantes del nombre. Pero hay que abrirse camino en la selva. Los notarios que escribían los documentos (el primero está datado en 1085), escriben en latín y son en su mayoría, sino todos, de origen Francés. Los españoles no tenían tiempo para estudiar Clerecía en plena lucha contra el moro.
Estos Franceses oían pronunciar el nombre de esta ciudad a los escasos pueblerinos de Valladolid, y se esforzaban por latinizar el nombre; de ahí la gran cantidad de variantes.

Pero hay dos rayos de luz en las tinieblas;

El notario del Conde Ansurez (Martinus) y Petrus. Este último autor de los documentos 6, 7 y 9 de la Colegiata o abadía.

MARTINUS:
Su origen es evidentemente Francés. Es el notario de D. Pedro Ansurez. Como nos dijo D. Julio Valdeón, D. Pedro Ansurez "era hombre culto y sabía el algarabía" (sabía la lengua Árabe); pues bien, en sus documentos 17, 18 y 21, escribe siempre el nombre de nuestra ciudad como BALADOLID. Y el conde concluye el documento diciendo: "Yo, que mandé escribir esta carta y la oí a quien me la leía, la firmo con mi propia mano", por lo que es lógico pensar que era el conde quien dictaba esta palabra tan estrafalaria y que ningún otro notario utilizó. ¿Por qué? Porque el conde sabía el árabe y le dictaba a su notario francés cómo se escribía ese extraño vocablo. Tan es así que el canónigo de la Catedral, Zurita, comenta al ver este nombre escrito de BALADOLID: "Extraña forma de designar a la ciudad; pero creemos, sin duda, que se refiere a Valladolid". Este es el primer aldabonazo.

PETRUS:
Notario muy latino él, como era de esperar, utiliza las formas VALLAOLITI y VALLEOLETI, pero en el documento número 9, comete un error involuntario, un "lapsus", y en lugar de escribir en latín como venía haciendo, se le escapa un párrafo en castellano. Tengo que aclarar que en aquellos años, todo se escribía en latín, pero en la calle se hablaba el romance castellano-leonés. El "lapsus" es el siguiente: firma este documento "El abbate don Álvaro de Valadolid".así: con una sola L: VALAD-BALAD.

Es decir, utiliza el mismo vocablo que el arabista Don Pedro Ansurez. Nuevamente Zurita, el traductor, se asombra y comenta: "así, todo en castellano".

Esto demuestra que BALADOLID / VALADOLID, sin elle, era la expresión espontanea del pueblo en puro romance castellano-leonés.

El resto de los notarios bailan el nombre sin cesar, manteniendo casi unánimes el VALLE / BALLA, intentando latinizar esa expresión, que usaban los pueblerinos, llevándola al latino "Vallis" (valle).

Pidal nos habla del fenómeno “ultra corrección”; mediante el cual, los cultos corrigen las expresiones que les parecen un error de los ignorantes.

Tenemos muy cerca La OVERUELA. En un documento de 1681, los vecinos del pueblo se refieren a ella con el término LOBERUELA, pero el notario corrige esta expresión y la transforma en LA OVERUELA. Pero la razón la tenían los pueblerinos, ya que en 1096 el Obispo de Palencia dona a Sta. Mª de Valladolid: “Yo Raimundo, Obispo de Palencia dono Las Tercias de Cabezón, Zaratán y LOBERUELA”

LOBERUELA es diminutivo de Lobera, y el vocablo OVERUELA aparece en idioma Castellano en 1580 con significado de “color de huevo” No consideramos necesario seguir abundando en el tema.

Pues bien, este impulso de ultra corrección, se dio indudablemente entre estos Clérigos latinistas, recién llegados a la pequeña población, que estaba en un Valle; más aún en un doble Valle, el del Pisuerga y de Las dos Esguevas.
Y dado que VAL es la forma en que pasó al castellano el latín VALLIS, se daban todos los datos para que nuestro nombre legítimo “BALADOLID”, fuese corregido y transformado en VALLIS-OLID.

EL VALLADOLID DE LUGO
En el municipio lucense de Puebla de Brollón, existe una población cuyo nombre es Valladolid. Así como suena, Valladolid. Nacida muy posiblemente en la misma época que nuestro Valladolid del Pisuerga, siguieron caminos divergentes:
El del Pisuerga se convirtió en el centro estratégico de España, mientras que el de Lugo, situado en una ladera excesivamente pendiente y a gran altitud, quedó condenado al inmovilismo. Pero no al silencio, porque habla con mucha elocuencia. Este Valladolid no está en un valle, es justamente lo contrario: una ladera de monte que desciende durante diez kilómetros hacia la vega de Lemos. ¡Difícil lo van a tener los partidarios del “Valle”, con un Valladolid prendido de un monte, a 10 kilómetros de un valle.

Este Valladolid de Lugo es un
FOSIL VIVO. Yo deseaba oír de viva voz de sus habitantes la pronunciación de la palabra mágica. Me acerqué a una ancianita que me observaba junto a la iglesia de San Martiño y le pregunté cómo se llamaba la población. Cuando respondió, no daba crédito a mis oídos: aquella viejecita Gallega, no contaminada por la cultura, me estaba diciendo el nombre que había aprendido de su madre y abuela y que, durante siglos había pasado de boca en boca. Me decía que se llamaba VALAULID. Yo miré hacia la puerta de San Martiño, esperando que saliese por ella “El Abbat de Don Álvaro de Valadolid”.

Durante 1300 años ha permanecido, prendida en la ladera este núcleo humano, como un fósil vivo, impasible a los agentes externos. Sin embargo, algo está cambiando. Esta primera visita al Valladolid lucense, fue en 1993. Un año después, regresé y busqué a la viejecita de San Martiño, pero su casa estaba vacía… Contacté con otros vecinos: Antonio Páez, José Casas y Pedro Mao, hombres de media edad y con automóvil aparcado a las puertas de sus casas. Les pregunté por el nombre de la población y se explicaron: “Mire usted, en los sobres de las cartas escriben Valladolid, pero el nombre verdadero es VALLAULID”. Les advertí que la viejecita pronunció VALAULID y me objetaron que era muy anciana…

¿Tal vez esta generación que con sus coches se desplaza a Monforte y Lugo, ha iniciado la transacción con el progreso y la cultura? Tal vez asistimos con novecientos años de retraso, al mismo proceso que sufrió la Valladolid del Pisuerga. Tal vez: Es seguro que los hijos de Antonio Páez y Pedro Mao, antes de 20 años, llamarán a su pueblo Valladolid. La lucha de clases entre el pueblo llano y los intelectuales, entre la tradición y el modernismo progresista, que en la portentosa ciudad del Pisuerga se dirimió en cincuenta años, ha requerido un milenio en este núcleo iletrado aislado en la sierra de Lugo.


CONOCIMIENTO DEL ÁRABE
El gran arabista D. Emilio García Gómez dijo: “Sin un conocimiento del Árabe, la historia de nuestra edad media, se hará mal”

Y el Catedrático de Valladolid, Ruiz Asencio afirma que “no se sabe en qué momento histórico surgieron los nombres árabes de nuestra provincia”

Pero hay que avanzar en esta noche oscura.

En el año 714, Muzar llega a Lugo: Toda España está ya dominada. (Incluidas las Vascongadas)

En el año 741, los Bereberes, auxiliares de los árabes e instalados en Galicia, León y sierra de Guadarrama, se sublevan y avanzan hacia Córdoba. Derrotados los Bereberes, no regresaron al noroeste (según Leví Provençal)

El año 750 una prolongada sequía, obliga a los escasos Bereberes que permanecían en el noroeste, a emigrar nuevamente al Magrib. Durante estos treinta y seis años, los Bereberes dieron nombres árabes a algunas poblaciones. Pero estos topónimos árabes, estas perlas legítimas, están mezclados y confundidos con gran cantidad de perlas falsas. ¿Cómo diferenciarlas?

Llamo perlas falsas a los topónimos mozárabes, mucho más abundantes que los árabes. Los mozárabes, eran cristianos que permanecieron fieles a su religión y a su lengua, viviendo en Al-Andalus.

A partir del año 870 aprox. , inundan de colonias y nombres la zona comprendida entre León y Valladolid. Lo habitual en los poblamientos mozárabes era bautizar a la nueva población con el nombre del jefe de la expedición, anteponiendo, las mas de las veces, VILLA, VAL, CASTRO (Villanasur, Valle de Anebza, Castrofadoth)

Solamente en el Reino de León, se registran hoy 88 municipios con nombre arabizado. ¿Cuáles pertenecen a la época árabe-bereber (711-750) y cuales a la época mozárabe (870-950)? Para simplificar, diré, que cuando el nombre de una ciudad o villa es una frase entera en árabe, su fundación corresponde a la época de la invasión (711-750) y por lo tanto se trata de una fundación árabe-bereber.

Pongamos unos ejemplos: Calat-Al-Nasur , (Calatañazor. Fortaleza del águila); Al-Qaser-Ain (Alcazarén. Los dos Alcazares); Zorita-Aín (Zaratán. Las dos lomas). Es evidente, que ningún grupo de cristianos mozárabes, de los que abandonaron las persecuciones Cordobesas, designarían con una frase árabe la localidad en que se asentasen, ofendiendo así a los cristianos que les acogían. Además la mayoría de los mozárabes no hablaban el árabe: Los jueces Cordobeses tuvieron que utilizar el latino (el ladino) para juzgar a las gentes del pueblo.

El historiador
D. Gonzalo Martínez, reconocido etimólogo e historiador, me manifestó en cierta ocasión, y con gran aplomo, que VALLADOLID no tenía nada que ver con la invasión inicial árabe-bereber (711-740), porque no hubo tiempo suficiente para hacer poblamientos en esta zona.
Y yo me pregunto ¿en cuarenta años no se puede fundar ni dar nombre a una población? A partir de esta pregunta, he descubierto que MEDINILLA es un pago de Valladolid, cuyo nombre es árabe puro (como bien saben todos los buenos lectores); Que ZARATÁN, como antes dijimos, es frase árabe y por último y como bomba etimológica, que LA MARUQUESA, ese extraño pago de nuestra ciudad, es la corrupción de MARRUECOS pronunciado en árabe (MARUQUES), como indica
el catastro de Ensenada en Valladolid: "linda con cuesta de Marroquesa". Y el pago de Maroch en las cuestas de Urueña.

Y nos falta BALAD-OLID, frase árabe que significa territorio de WALID, cuya pista ya nos dio el arabista D. Pedro Ansurez. Los cuatro ejemplos, deben hacer reflexionar a quienes tienen ideas “apriorísticas” que impiden los avances en la investigación.

LO BALADÍ
Los Españoles utilizamos con frecuencia, y no solo las personas cultas, el vocablo BALADÍ, para designar cosas sin importancia o de poco valor. Es casi una frase hecha “No es baladí”, refiriéndonos a algo que es importante. Pues bien, esta extraña palabreja es árabe pura. Veamos su recorrido.

Cuando los mercaderes Cordobeses vendían telas de importación, las denominaban con el nombre de la ciudad de origen: Es un Damasco; es Sírio…

Pero cuando las telas no eran de importación, sino elaboradas en el propio territorio de AL-ANDALUS, las llamaban BALADÍES, es decir,
del terreno y de menos valor en comparación con las otras. Los mercaderes Cordobeses debieron comerciar mucho en tierras cristianas, porque en ellas se arraigó con fuerza este vocablo BALADÍ, que subsiste hasta hoy.

La significación exacta de BALAD es, territorio: Una demarcación inferior a la MEDINA (que era una ciudad con mercado público).

LOS GENTILICIOS
Cuando una ciudad tenía un nombre compuesto, el gentilicio (es decir el nombre de sus habitantes), se tomaba del primer elemento (olvidando el segundo). Por ejemplo: de ASTÚRICA-AUGUSTA sale el gentilicio, ASTURICOS; de LUCUS-ASTÚRICA sale Lucenses; de EMERITA-AUGUSTA (actual Mérida) sale EMERITENSES, etc.…

Pues bien, Pedro Ansurez en el documento número XVII de la Colegiata de Sta. María, nos sorprende con el gentilicio BALADONENSI (primer elemento del nombre BALAD-OLID), que utiliza el Conde en otros documentos. Vemos entonces que el Cardenal Rodrigo, que habla del Conde en la Crónica General como "In lingua arábica eruditus" confirma el conocimiento de esta lengua por parte de Ansurez. Pero vemos también que no sólo sabia el árabe, sino que sabía deducir un gentilicio, como los mejores lingüistas; y que Baladolid era un compuestao de Balad y Olid.

WALID
Cuando los árabes invaden España en el año 711, el Califa de Damasco, se llamaba WALID. Su nombre debió ponerse de moda, por la súper abundancia de este nombre entre los conquistadores: un hermano de ABD-AL-RAMAN I, un hijo de HISSAM I, otro hijo de AL-HAKAM I. Los Españoles somos pioneros en bautizar a nustros hijos con nombres regios.

Respecto al paso del WALID árabe al OLID y ULIT romances, tenemos innumerables testimonios: “Cabeza d´olid” en el Val Morisco de Extremadura, “Villardolid” en la sierra del Toroço, (sacados del libro de la montería). Como es sabido, los españoles carecíamos de la W, y la transformábamos bien en U o en O.

Dice el AJBAR-MACHMUA, que los conquistadores árabes, en su marcha hacia el norte, cuando veían un punto idóneo, fundaban un destacamento. Entre Septimancas y Cabezón, dos importantes núcleos Romano-Visigóticos, ¿No era un punto idóneo, ese valle equidistante del Pisuerga y las Esguevas, para que el jefecillo WALID se quedase al mando de un destacamento, que se encargase de los cobros y la pacificación? En ese caso, se llamaría territorio de Walid; es decir BALAD-OLID… Esta es la designación que utiliza exclusivamente PERANZULES en sus documentos y esta es la única opción científicamente demostrable del nombre de VALLADOLID.

Y ahora viene una pregunta difícil de responder…

¿Por qué “el Abbatte de BALADOLID” se transformó y consolidó en VALLADOLID?

La respuesta a esta incógnita ya no puede ser muy científica: manejaremos algunas hipótesis.

Los Almorabides derrotan al ejército de Alfonso VI, en UCLÉS, el año 1009. En estos años es cuando Valladolid nace y se desarrolla vertiginosamente; quizá como punto de apoyo a la recién conquistada Toledo en 1085 (que era el punto de mira de los Almorabides).

Los Almorabides ponen el punto final a la relativa buena convivencia que hubo entre los cristianos y las Taifas musulmanas. Se inicia una lucha feroz e intolerante entre ambos bandos. En consecuencia esa aldea vallisoletana, se repuebla de castellanos, leoneses, franceses, borgoñones…El grupúsculo inicial de incultos hortelanos, que decían BALADOLID, es prácticamente aniquilado por los nuevos pobladores, mucho más numeroso, más cultos y llenos de odio al Islam, contra quien están combatiendo… Y la palabra BALAD (que les suena a Islam), es sustituida por el VALLA que utilizaban los notarios cultos.

El pueblo Vallisoletano CASTRO ABAYUB, se pronuncia hoy CASTROBOL. ¿No hay cierta correspondencia?

¿Y qué me dicen de CASTRO ALMONDE que ha dado CASTROMONTE?

Cuando hay algún elemento árabe, su evolución al castellano no sigue las normas etimológicas…

Y con esta hipótesis ponemos punto final al nombre de ciudad Española más debatido por todos los lingüistas, incluido el Doctor Saavedra…

¡Ah! Se quedaba en el tintero un dato histórico de primera magnitud.

Antolinez de Burgos, el historiador más arcaico “creo” de Valladolid dice que él vio con sus propios ojos el ROLLO del León de la Catedral, al cual, dice, llevaban a las mujerzuelas y alcahuetas, para exponerlas a la pública vergüenza. Y el sufrimiento era tan atroz, que fue suprimido. Y no se conforma con decir que vio con sus propios ojos
EL ROLLO, sino que además transpone el texto latino que figuraba en él: “ULIT OPPIDI CONDITOR” que él traduce como ULIT FUNDADOR DE LA CIUDAD; si bien yo lo traduzco, con mayor fidelidad diciendo: ULIT FUNDADOR DE LA FORTALEZA (ya que OPPIDUM es fortaleza, no ciudad) y efectivamente, Valladolid tenía el pequeño recinto de una fortaleza. Y esto sin entrar en otro tema apasionante que es el del ALCAZAREJO (síntesis de Alcázar viejo, y no diminutivo) ya que el propio Antolinez nos habla de la grandiosidad del ALCAZAREJO.

Este rollo con el león (símbolo del Reino de León) humillando al
MORO, cuando se hizo la nueva catedral herreriana, fue trasladado e instalado delante de la única torre que tenía la catedral, que era la de la izquierda mirándola de frente. Pues como las desgracias nunca vienen sola y parece contribuir todo a que el nombre de Valladolid, sea un eterno enigma, en el año 1841 esa torre se desplomó, sepultando este rollo para siempre, ya que el traslado del cúmulo de piedras, se ignora dónde fue a parar.

Pero lo que no se ignora es que en Valladolid se existía la calle “
EL LEÓN DE LA CATEDRAL”, que arrancaba de la calle ORATES y moría frente a la torre desplomada de la catedral.

En el año 2009, han desaparecido dos historiadores y “Vallisoletanistas” de primera fila: El Jesuita Gonzalo Martínez y el Catedrático de historia Julio Valdeón.

Visité a Don Gonzalo dos meses antes de fallecer y le pregunté sobre su opinión del origen árabe del nombre de Valladolid. Me respondió, con aplomo, “los árabes habían estado en nuestra zona únicamente treinta años, y que no había habido tiempo para dar lugar a nombres”. Desistí, ante su firmeza y comprendí que, como a pesar de su sabiduría, tenía un “apriorismo” que le cerraba la puerta a la búsqueda de la verdad.

He comprobado que los “apriorismos” o dogmas, son usuales entre los estudiosos universitarios: uno de ellos utilizado por los “vallisoletanistas” Valdeón, Represa y otros ha sido el de considerar mozárabes todos los topónimos de nuestra comarca, excepto el de ALCAZAREN.

Pero volvamos a nuestras aclaraciones. ¿Cómo es posible que el verdadero nombre de Valladolid desapareciese de los escritos y de la calle tan rápidamente, todo ello a partir de la muerte de MARTINUS, el notario de Pedro Ansúrez?

Explicación: El diminuto villorrio que vio Pedro Ansúrez en 1080, estaba compuesto por hortelanos, procedentes de Cabezón de Pisuerga, como se dice en 1095: “VALLISOLITI IN TERMINO CAPEZONIS”, pronto se va llenando de Leoneses, Castellanos, Francos (de Francia). Y no como dice el Director del Real Archivo de Simancas Don Amando Represa, que “la calle de Francos debe su nombre a un grupo de habitantes libres de impuestos”, siendo así que la iglesia de San Martín (Santo Francés) era el meollo del centro del barrio de los francos Vallisoletanos. Se olvida el señor Represa de que las dos hijas del rey Alfonso VI, que ocuparon Valladolid a la muerte de su padre (1109), estaban casadas con dos francos (Raimundo de Borgoña y Enrique de Lorena), y que casi la totalidad de los clérigos de Valladolid eran Franceses.

Es pena que D. Julio Valdeón, se dejase influir por la teoría de la franquicia. (Del señor Represa)

Esta élite extranjera, que incluía todos los notarios que hacían todos los documentos, despreciaron pronto a ese pequeño número de habitantes hortelanos , como seres incultos y dieron forma latina en todos los escritos a ese BALAUALIT latinizándole como VALLISOLIT y otras derivaciones de valle, que acabó imponiéndose entre la gran masa de advenedizos a este villorrio que creció desmesuradamente en menos de 100 años.

LES PONEMOS EN ANTECEDENTES QUE EL PRÓXIMO HALLAZGO VERSARÁ SOBRE PUCELA.

Lamentamos que vayan desapareciendo enigmas que alimentaban la eterna palabrería de intelectuales y pueblo. Hemos comprobado en varias ocasiones que cuando se descifra el enigma el oyente no puede ocultar su decepción y falta de entusiasmo. Pero el personaje más importante de la historia nos dijo “SOLO LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES


1 comentario:

  1. Las nuevas aportaciones son curiosas y apasionantes para los que no sabemos nada de estas cosas y vemos cuanto de historia y vida hay en las palabras. Y de enigmas, de unos enigmas a los que Pepe se enfrenta con una naturalidad y "valor" estupendos.
    La explicación del origen de la palabra Pintia resulta quizá un poco demasiado breve y despachada dejando al lector con cierto palmo de narices.
    En cuanto a las dos explicaciones de Pucela, las dos resultan interesantes aunque mucho más atractiva y romántica (pero como menos natural y creíble) la de Juana de Arco.
    Casi parece haber una cierta contradicción entre lo que dice el tal Cesar H. en un párrafo y en el siguiente. ¿Quizá quiere decirse que sí hubo una expedición para ayudar a Juana pero no una recluta especial y ad hoc al grito de la Pucellina?
    En cuanto a lo de las pulgas, me ha hecho acordarme de que en Paris, junto a la Porte de Clignancourt, hay una famosa Marché des Pouces (pulgas). Abrazos, Carlos.

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